martes, junio 10, 2008

Viejo sí, pero de mierda también

Se me cerraban los ojos y los abría con una carcajada.

Creo que estoy pasando demasiado tiempo en mi cuarto. Sobre todo en mi cama (que no es nada cómoda, crujen todas las maderas cada vez que me muevo y más de una vez terminé en el piso con colchón y todo. Eso fue antes de que decidiera solucionar el problema a la uruguaya: até todo con alambre y ahora al menos no me caigo, aunque el riesgo siempre es inminente). Lo cierto es que el frío me empuja al acolchado y a las sábanas más temprano de lo habitual. Y ahora todo mi mundo se circunscribe a la posición horizontal. En mi bunker caótico, la cama oscilante es su majestad. Dispersados por el entorno de la dos plazas hay controles remotos, radio, libros, revistas, laptop, bandejas de comida, envases: un asco. Es que en las noches lo que menos hago es dormir, para eso está toda la mañana. Y como en la época que escuchaba a Alejandro Dolina, ayer se me cerraban los ojos en la cama, pero quería seguir atento.

Ya lo hemos hablado largo y tendido con mi hermano el mayor y nuestro amigo el dentista. Me gustan esas charlas, borrachos, recordando a Dolina y la postura que cada uno asumía frente a la Venganza ya pasada la medianoche. Hay una parte que siempre se repite en nuestra conversación de boliche, es esa en la que describimos el exacto momento en que una porción del cerebro está en la radio y la otra ingresa sin remedio al mundo onírico. Con el dentista siempre coincidimos en que si había algo que nos hacía sobresaltar —erizados— de ese estado, era cuando escuchábamos los alaridos tangueros. Dolina canta muy mal, no me jodan. Y escucharlo en ese limbo era como pasar del cielo al infierno.

"Pero cómo me dice viejo de mierda: viejo sí, pero de mierda también". Son las cuatro y media de la mañana y la voz arrugada del doctor Tangalanga me obliga a aguantar un poco más. Abro los ojos con el impulso de la risa. Ya escuché esa frase cien veces en la noche, pero, puta madre, me sigue causando gracia, aún cuando estoy groggy. Ya no sé ni con quién está hablando, si con una pobre coreana de supermercado o con el histérico dueño de un gimnasio. Pero me cago de la risa. Y dormirse riendo está bueno.

Es raro. Son dos tipos de humor que parecen bien distintos, pero tienen algún punto en contacto, bastante difícil de explicar. Uno no usa una sola mala palabra, ni una. El otro abusa de los disparates. Pero los dos son finos, elegantes. Tienen algo de barrio, de porteño bien entendido, un costumbrismo que seduce y que aparece cada vez más lejano. Las puteadas en la voz de Talanga son poesía pura. La forma en que Dolina evita hasta decir una palabra como “pelotudo” es arte.

En mi caso, las posibles e inexplicables coincidencias en su humor van un paso más adelante. A los dos los escuché siempre de noche, acostado en una cama, con los ojos cerrados y queriendo seguir despierto. Buscando ganarle un hueco más al sueño. Porque dormirse riendo, abrir los ojos de una carcajada, está muy bueno.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Master...Vidas paralelas...nos conoceremos en la próxima?
Abrazo.
rucucu

O bepi dijo...

Y quién te dice que no nos conozcamos en esta. Salute

Anónimo dijo...

Momento!! yo pago mis impuestos señor...muy bueno y salú por esas charlas gloriosas de boliche (hic)

the walrus dijo...

Durante un buen tiempo, los tangos de Dolina eran el momento exacto en que me dormia, cagado de la risa todavia. Y los gritos del pastor brasilero eran el recordatorio de que tenia que levantarme para apagar la radio.

envidiosa dijo...

Detesto a Dolina. Típico humor para pseudointelectuales.

Anónimo dijo...

Buenas tardes.
rucucu

Adrián Singer dijo...

Yo casi nunca llegaba al tango. Apagaba el despertador-radio cuando me daba cuenta (vaya uno a saber por qué extrañas combinaciones neuro-ilógicas) de que las palabras del ángel gris se metían en mis sueños.

Adrián Singer dijo...

Ahora, claro, de querer oírlo por internet, debería hacerlo de mañana y trabajando... No creo que sea autoaconsejable una experiencia tan antinatura.

O bepi dijo...

Ontono, y ni siquiera en la tarde, boludeando y sin otra cosa más para hacer que escuchar radio, ahí también pierde encanto. Mejor acostado, en la noche, en un acto de intimidad absoluta, con la sensación de que no hay más mundo que ese que sale del parlante.

tapioca boy dijo...

Yo tengo una teoría. La voz de Dolina es estridente y aburrida, mas conocida como espantosa. Pero tiene la mente ágil y llena de material interesante. Así que en todo su intelecto, se hizo un programa radial. Te hace reir un rato, te endulza y !tas! te hace oirlo cantar. le gusta que lo oigan cantar, no hay caso. A mi, personalmente, me parece bien. Y nada me gustaría más, que después de hacer reir gente, joderlas. ahh, que lindo sería.

un abrazo grande. el coso este sigue siempre increible!

gon -primo de pati-(que ahora tiene blog propio, todo un burgués)

Adrián Singer dijo...

Debés ser el único burgués que dice tener blog y reconocerlo, pues todos dicen que es la "democratización de internet", la "nueva prensa" y bla bla bla...