miércoles, mayo 30, 2007

Cabalgando el pánico

Son las tres de la mañana de otro jueves más. Traté de llorar con el final de Sueños de Libertad, pero no pude. Debe ser porque es la décima vez que la veo. Siempre la agarro en la misma parte: cuando el director de la cárcel, furioso, empieza a tirar piedritas contra la pared de la celda vacía y rompe el poster gigante de Raquel Welch. Siempre en esa parte, nunca antes. Y después la miro hasta el final, pensando que yo nunca podría escaparme de una cárcel.

Nadie en su sano juicio puede ponerle a su hija el nombre Ayelén. Nadie. Pero parece que está muy de moda. Si te llamás Ayelén estás condenada al fracaso, a una vida llena de tormentos y penurias, lo lamento por ti, Ayelén.

Hace un rato tuve un ataque de muerte. No sé si tendrá relación o no, lo cierto es que me ocurrió ni bien terminé de ver Sueños de Libertad. Me levanté del sillón, fui a la heladera, tomé agua de una botella, cerré la puerta de la heladera, apagué la luz de la cocina, caminé por el corredor oscuro hacia el living y pum (sí, pum). Ahí vino el ataque de muerte. Pum, hizo. Lo bueno es que fue rápido. Hay ataques de muerte que duran más que otros. Este fue muy light. Casi imperceptible. Enseguida pensé en otra cosa y fuera ataque. Por lo general, cuando me vienen ataques de muerte, yo mismo los agudizo pensando en todas las cosas que no voy a poder hacer cuando sea fiambre. Desde lo más placentero hasta lo más básico. Desde coger hasta tomar agua de la botella. En definitiva, y es lo que asusta, cuando llegue la oscuridad absoluta no voy a poder hacer absolutamente nada más. NADA. Por el resto de la eternidad infinita y más allá. Sin embargo, esta vez no me invadió el pánico. Simplemente pensé que me podría llamar Ayelén, y la muerte fue un alivio.

23 comentarios:

CALM dijo...

El otro día estaba pensando en un cuento que capaz te ayuda: ¿Quién te dice que no estamos ya en el cielo?

Anónimo dijo...

Qué buen chiste, Calm.

Anónimo dijo...

Metete el cuento en el orto

O bepi dijo...

Pero es muy largo

Anónimo dijo...

yo no lo lei, en este blog solo leo los comentarios porque los post me aburren

CALM dijo...

El cuento? Tmb. Envidiosa, te escucho conocida...

Anónimo dijo...

Ayelén el parecido....

YosoyineS dijo...

MMMmmm... pregunto por ignorante, ¿como sería un ataque de muerte?. Saludos

O bepi dijo...

Un ataque de muerte es cuando tomás conciencia de que algún día te vas a morir y no te espera ni cielo ni infierno. Que se acaba tu vida y comienza la más oscura e infinita eternidad.

Roberto dijo...

A mí me ha pasado en numeroas veces. Es com una depresión de un milisegundo al otro. Por suerte nunca duró más de segundos. Ya aprendí que hay que cagarse en esos pensamientos. Son cosas sin solución, te amargás al pedo.

Anónimo dijo...

Si...lo mas feo es pensar en que no vas a saber como terminan o como siguen todas las cosas de las que uno está pendiente..desde las mas pedorras a las mas trascendentes.
Estoy con Roberto: es al pedo.Pero inevitable.

Anónimo dijo...

Arriba opinó: rucucu

Anónimo dijo...

Qué lástima. Como decayó el nivel de comentarios.

Calm, no se como hacés, pero me parece increible que me puedas escuchar.

Anónimo dijo...

Tal cual!Sobre todo por las faltas de ortografía.Es increíble.(¿Va con tilde no?)

Anónimo dijo...

me estás siguiendo?

CALM dijo...

Se pueden escuchar, en mí opinión todos nos escuchamos. Cada vez que nos leemos lo hacemos por más que esta actividad sea inconsciente: A cada palabra, a cada autor le ponemos una voz única mientras mantenga su coherencia estilistica, no me leen de la misma forma que a ningún otro.

Leen a sus amigos con la voz de sus amigos.

Anónimo dijo...

ta, ya la complicaste

Anónimo dijo...

Yo por ese tema de la incertidumbre no puedo entender a la gente que dice preferir morirse durmiendo. Durmiendo no loco! Y todo lo que tenía para hacer?

Ahora me acordé de un tema del Cuarteto que trata sobre eso. Ta bueno.

CALM dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
YosoyineS dijo...

Mmmm. Morirme no me preocupa. Te morís y ya está, digo, no te vas a acordar tampoco de que te moriste, ni vas a tener conciencia de ese estado tampoco (digo yo que no vamos a acordarnos de como nos entierran y nos comen los gusanitos, eso espero, porque le tengo un asco bárbaro a los gusanos).

Y algún día se tiene que acabar no? Digo, no podemos vivir para siempre, sería eternamente rutinario. Los psicólogos se llenarían de plata.

Yo que se. Supongo que si se tiene que acabar, la filosofia de vivir el dia a dia no es tan mala. Saludos.

Anónimo dijo...

Ta bien Inés. Te entiendo. Pero como tomar conciencia de la no conciencia? Me resulta un concepto tan inabordable como el de eternidad,infinito, o nada absoluta.

Anónimo dijo...

obvio

YosoyineS dijo...

No es tan complicado, tenes que ser inconsciente como yo, jajaja. Un abrazo