No lo soñé

Son casi las 5 y media de la mañana.
Doy vueltas en la cama, estoy en el limbo, en esa fina línea entre sueño y realidad.
Lo que me acerca a soñar es mi mente y lo que no me deja sumergirme en ése estado es la radio, maldita radio que está prendida y con alguien hablando.
Escucho.
“Nos acaban de informar que murió una persona muy querida en nuestro ambiente”, dice el locutor.
Abro un ojo, paro la oreja, presto atención, la realidad gana terreno al sueño.
“Yo no sé como se llama, nunca supe el nombre, pero le decían el "Cabeza”, un personaje vinculado a la música tropical”, continúa.
Cierro el ojo, me doy media vuelta.
“Vaya entonces para los amigos y familiares del Cabeza, un apretado abrazo y nuestras condolencias en éste difícil momento”.
“En este jingle que vamos a escuchar a continuación, una de las voces es la del Cabeza”, insiste el locutor.
Abro el ojo, paro la oreja.
“Con rulemanes Ruli, todo rueda lindo, con rulemanes Ruli, todo rueda bien, con rulemanes Ruli, rulemanes Ruli tooooodo rueda mejoooooor, rulemanes ruuuuli”.
"Ése fue entonces el homenaje de nuestro programa para el Cabeza", finalizó el tipo de la radio.

Son las 5 y media de la mañana.
Ahora tengo los dos ojos abiertos, la mandíbula en el piso, y el sueño perdió por goleada un partido que venía parejo.