viernes, mayo 05, 2006

Y con espuma

Y con todo lo que se pueda imaginar. Llega un momento de la noche en que uno ya está tan adobado que toma lo que haya para tomar. Así es que se mezcla whisky con vino rosado y cerveza con ananá fizz (de Alegresaaaaa). Hoy tengo tremenda resaca, el vómito golpea las puertas y estoy sentado frente a una computadora. Ese no es un placer de la vida.

1 comentario:

goestobitburg dijo...

No es un placer, claro, más bien la consecuencia del placer. El residuo marginal del placer. Porque vamos a decirlo, cuando uno mezcla todo como un energúmeno lo hace en pos de la divertida destrucción, y a sabiendas de cuál será la factura que habrá que pagar al día siguiente. Lo que que quiero decir es que uno nunca deja, al menos en mi caso, de ser consciente del embrollo a futuro en que se está metiendo cuando le da de punta a la variedad.