jueves, mayo 07, 2009

Mi viejo y el tango

¿No ves que va la luna rodando por callao?, preguntaba, cantaba, mi viejo cada vez que estaba contento. Creo que escuché esa frase cien o doscientas veces antes de darle un significado. Antes de atar las palabras para darme cuenta que una luna blanca podía rodar por una calle de Buenos Aires en un tango. Esa melodía, esas líneas de la canción, fueron la banda sonora de cada asado de mi infancia. Y yo no entendía qué carajo querían decir. Lo que si sabía es que había algo de reflejo condicionado. Asado y parrilla era igual a lunas que rodaban por Callao y tipos que estaban "piantaos, piantaos". Mi viejo arrimaba brasas a la carne y soltaba en loop las mismas palabras mientras se mordía la lengua, su viejo tic. Hace unos días volví a escuchar el enorme tango de Horacio Ferrer y Astor Piazzolla. Estaba en pedo, y cuando uno esta borracho suele hacer este tipo de asociaciones nostálgicas.

Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao,
no ves que va la luna rodando por Callao
y un coro de astronautas y niños con un vals
me baila alrededor...
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao,
yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste; vení, volá, sentí,
el loco berretín que tengo para vos.

Y estoy contento. Porque cada tanto, y con mucha más frecuencia que antes, vuelvo a escuchar ese mismo tarareo en la voz de mi viejo. Porque hay miles de asados en el horizonte y él está mejor que nunca: feliz, piantao, piantao…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno leer que estas contento. Y que bueno comer un asado...
Puede pintar un día de estos, ¿no?
Salute.
Tato

O bepi dijo...

No puede, debe.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Si supiera que era empleado publico diria que seguro le salio el retiro incentivado o la jubilacion,directamente.
Abrazo !
rucucu